Y mi decisión de volver a mi país
No fue solamente un motivo el que me llevó a
armar mis valijas. Creo que la mayoría de las veces hay una serie de causas que
anteceden a una resolución de tal magnitud. Tal vez, es nada más que una la que
dispara la decisión; por tener mayor peso o por ser la última –vaya uno a
saber-. Pero siempre hay una larga lista la que nos lleva a la determinación
final. Y, si bien podría enumerar mis mil y un motivos o la gotita que desató
la tormenta en mi vaso, prefiero transmitirles lo que sucedió en esencia. Para
historia y cronología ya están los libros y a mí me gusta más la idea de poder reflejar
lo que sentí y lo que siento hoy en relación a los hechos en cuestión.
Que si me arrepentí en algún momento… Me lo
preguntaron muchas veces. No sé si valga la aclaración pero, tal vez por mi
personalidad -que se yo-, raramente me arrepiento después de haber tomado una
decisión. Siempre trato de dar lo mejor de mí y hacer todo lo que esté a mi
alcance; y mi experiencia en Noruega no fue la excepción.
Me adapté a una cultura muy diferente a la mía
y aprendí a quererla y a respetarla. A vivir en un clima opuesto y a pasar de
la luz eterna a una oscuridad "endiablada". A las noches interminables que
duraban desde las 3 de la tarde hasta las 11 de la mañana.
Me acostumbré al cielo gris y a la lluvia
helada casi diaria. A cenar a la hora de la merienda y demorar tres días en
terminar con toda la preparación para poder comerme una "bendita empanada".
Prescindí de lo que jamás pensé que me
faltaría, comí pescado en el desayuno y me olvidé por un largo rato de los almuerzos
familiares del domingo que incluían asado o pasta.
Me acoplé a cumplir años en invierno y a ver a
mis seres queridos en una pantalla.
Fortalecí significativamente mi independencia
y tuve que hacer uso y abuso de mi autosuficiencia. Llegué a naturalizar "el
dar la mano" para saludar a una persona y trabajé en tierras extrañas.
Logré hablar en un idioma que la primera vez
que lo escuché me sonaba a chino mandarín y algunas palabras escritas me parecían
imposibles de pronunciarlas.
Dejé ir algunas amistades que durante años parecieron
verdaderas y terminaron siendo una fachada. Asimismo, construí vínculos de
inmenso cariño con gente extraordinaria a la que no dejo de recordar y llevo siempre
en mi corazón, a pesar de la distancia.
Descubrí cualidades en mí que ni yo sabía que
las tenía y, sin embargo, ahí estaban. Listas para
lidiar, entre otras cosas, con lo que algunos conocemos como "añoranza".
Tuve momentos de crisis pero, después de la
tormenta -como suele ocurrir a menudo-, llegó la calma. Podrá sonarles cursi,
pero hubo veces en las que me sentí sola y vacía aunque estuviera acompañada.
Hice amigos entrañables que fueron como una
bocanada de aire fresco en medio de tanta nostalgia. Recibí abrazos
reconfortantes y oportunos de personas que el haberlas conocido solo me hace
sentir afortunada. Y también -para qué voy a negarlo- me ligué alguna que otra "bofetada" O_o.
Me "atacó" una gripe espantosa que me tiró 15
días a la cama. Me curé la tos con té con limón y miel y unos caramelos de
menta me ayudaron a recuperar mi voz y a calmar el dolor de garganta. No me
quisieron dar antibióticos (solo ibuprofeno para bajar la fiebre) y los
remedios que me recetaron me hacían sentir mareada y me provocaban náuseas… Lástima
que leí las contraindicaciones al cabo de una semana... Como podrán suponer, con la medicina noruega
no quedé precisamente encantada.
Comí frutos silvestres y nadé en aguas extremadamente
frías, llenas de patos y de algas. Recordé a Willy y a Bambi al probar ballena y
reno y me sentí culpable y malvada. Llegué a llamar soleados a aquellos días
donde las nubes dejaban ver apenas un pedacito azul del cielo y celebré la
semana de pascua comiendo naranjas.
Recorrí bosques "de cuentos", hice senderismo,
conocí monumentos históricos, visité museos y me enamoré tanto de iglesias
remotas como de ciudades lejanas.
Me hice "raspeballer fun",
la mayoría de mis comidas contenían papas y la carne argentina se convirtió en
mi sueño recurrente porque las vaquitas noruegas son muy lindas pero de ricas
no tienen nada.
Me sentí realizada cuando descubrí una página
de Internet para hacer pedidos de yerba, dulce de leche, dulce demembrillo y dulce de batata.
Bailé en la nieve, me arrojé de las piedras al
mar, navegué los fiordos y entablé conversaciones con personas extrañas.
Festejé un gol de Argentina, abrazando a un noruego en un bar, con quien
acababa de cruzar apenas unas pocas palabras. Recuerdo que me dijo que era
fanático de Argentina porque era la hinchada que más se sentía en la cancha; y
adoraba como cantaban, y cantaban.
Escalé montañas y no se imaginan ¡cuánto
tonifiqué mis nalgas! ;)
Unos pequeños querubines, dulcemente ¡me
llamaron mamma!
Lloré hasta ahogarme y sentí que se me iba a
desgarrar el alma… Pero también me reí a carcajadas -así como cuando queda la
mandíbula acalambrada y agarra dolor de panza-.
Me caí, me paré, volví a tropezarme y a
levantarme; y así sucesivamente, todas -ni más ni menos- las veces que fueron
necesarias.
Alguna que otra vez me tragué mis propias
lágrimas…
Me volví tan fuerte que, sin darme cuenta
¡cargué demasiado peso sobre mi pobre espalda! Y llegó un día en el que me
sentí cansada…
Di lo más y lo mejor que pude. Viví todos y
cada uno de los momentos con plenitud e intensidad; así como soy yo: conservando
mi pasión, mi dignidad y mis valores; realmente, a todo, le puse "corazón y garra".
Cuando uno entrega su máximo, no hay lugar
para los remordimientos. Por eso, no me arrepiento de nada. El haberme ido, el
haber vuelto y todo lo que quedó en el medio lo atesoro como experiencias
ganadas.
¿Qué más podría decirles de Bergen, Noruega y mi
decisión de volver a mi país? El hecho de empacar mis ocho maletas y subirme a
un avión -que, a propósito, por la fecha, hizo más de una escala- podría ser
definido como un recorrido de norte a sur o como toda una aventura que, sumada
a mis párrafos anteriores en rima, honestamente, no podría estar mejor
representada que a través de esta canción de Frank Sinatra.
(video extraído de youtube)
Yes, it was my way...!
Muchos cariños ♥
¡NOS VEMOS!
Aymará;