domingo, 2 de octubre de 2016

Un recreo

En medio de tanto caos


Así, tal cual como los chicos de colegio salen corriendo y a los gritos cuando suena el timbre del recreo, yo busco un poco de relax. Y, antes de que mi mecanismo de defensa desajuste los resortes y todo vuele por los aires, me tomo un poquito de tiempo para descansar. Y me dispongo a disfrutar.
Siempre estoy apurada, con el tiempo justo, contra reloj. Es increíble pero, aunque me lo proponga una y otra vez, no consigo salir tranquila de casa. Mientras abro el portón, ya voy haciendo una lista en mi cabeza con los pasos a seguir para "exprimir" los minutos. Usualmente, cuando tengo que cargar nafta, utilizo ese ratito de espera para programar el GPS, ponerme perfume y/o hidratante para labios, enviar o responder algún mensaje y ordenar mejor lo que llevo en el bolso o en la cartera. Cuando no, los semáforos funcionan bien como reemplazo. Los jueves, por lo general, tengo un hueco de media hora entre un compromiso y otro; y lo aprovecho revisando y leyendo lo del curso del que acabo de salir. Una vez ¡merendé en un embotellamiento! No fue tan malo, conté casi con una hora de reloj. Más de una vez me sorprendo a mí misma ¡hasta pensando en cuándo voy a pensar! Sobre algo en particular o sencillamente en general, simplemente pensar…
Ahora que lo escribo me parece extraño y un poco ridículo, pero en el momento creo que así "maximizo el tiempo", lo ahorro ¿?. El problema de tanta sincronicidad es que si algo se demora más de lo estipulado, todo lo que sigue se desbarata y cae cual efecto dominó.
Sé que necesito cambiar algunas cosas porque no me agrada esta dinámica, no me hace bien. Y estoy en camino, tratando de mover las piezas necesarias como para rearmar mi rompecabezas diario.
Fue un larguísimo año, pasaron muchas cosas, hubo muchos cambios y me surgieron nuevos proyectos. A fines de noviembre y principios de diciembre tengo exámenes de inglés (FCE). En realidad, es solamente uno pero está dividido en dos días porque hay varias partes a evaluar. Anhelo el final de diciembre, porque necesito estar más tranquila, relajarme y descansar.
¿Será que, además de estipular mis horas de pensamiento, también estoy cronometrando mi descanso? Ya no lo sé... Pero, en medio de tanto caos, me tomé un recreo para... Bueno, para mí...
Fui a la peluquería y me corté el pelo como nunca antes (siempre lo tuve largo).

Hice uno de mis postres favoritos. Prometo la receta ASAP. Es riquísimo y muy fácil.

Camino a casa, me detuve a sentir esa libertad que siento al conducir. ¡Cómo me gusta! (cuando no voy apurada, claro). Disfruté de ver las luces y el movimiento de la ciudad.

Y en contraste, de la tranquilidad y el silencio al acercarme al área donde vivo.

Compartí una cena con mi hermana y dediqué una noche a cuidar a mi sobrino para que mi hermana y mi cuñado también tuvieran "su recreo" y pudieran salir. Y ¡exploté de amor!
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Rechacé un trabajo que hacía tiempo ya no quería seguir aceptando. Utilicé la simple y compleja palabra NO y fue un alivio tremendo. Salí a cenar con amigos y, hoy, me senté a escribir.
Parece difícil de creer, pero me siento más liviana, más alegre ¡y más libre! Tal vez era el pelo que me estaba pesando bastante, o el timbre de mi recreo que tardó demasiado en sonar...
Hay una frase que dice lo siguiente: Si tenés tiempo, meditá 10 minutos al día. Si no tenés tiempo, meditá una hora.
¿Qué les parece? Yo creo que es más que oportuna aunque ¿dónde encontramos la hora si no tenemos ni 10 minutos?
Al menos fue refrescante darme unos cuantos permitidos para fortalecerme y arrancar el lunes con más ganas. 
Espero que disfruten lo que queda del domingo, y tengan un excelente comienzo de semana.
Muchos cariños desde este rincón del mundo ♥

Está muy nublado y ya se escuchan los truenos; la lluvia está a punto de llegar.


¡NOS VEMOS!
Aymará;

8 comentarios:

  1. Me da paz también leerte a ti.
    Yo que llevo tanto tiempo teniendo una vida de locos entre tantas cosas, cada vez más aprecio ese ratos de paz. Y quiero firmemente cuando acabemos de armas la casa paz, sólo paz para saborearla.
    Besos

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    1. Ay, sí, es que es tan necesario tomarse un rato para disfrutar, relajarse, como vos bien decís: apreciar los ratos de paz.
      Espero que te acomodes pronto y así lográs encontrar el tiempo para disfrutar de tu nueva vida y nueva casa :)
      Besotes ♥

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    2. Hermosas y sabias reflexiones como siempre. Yo voy aprendiendo a usar progresivamente la palabra "no" Resulta complicado, pero cuando lo consigo es un alivio :-)

      ps: se ve delicioso el pastel.

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    3. Sí, es extraño que tanto nos cueste, sobre todo, cuando es lo que realmente queremos decir. ¡Hay que practicar más! NO NO NO NO, jaja ;)
      ¡Gracias, Lidia! Ya prontito pongo la receta (es muuuuy fácil).
      Beso enorme ♥

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  2. Yo necesito que mi recreo llegue, necesito un gran respiro, me conformo con salir del planeta tierra 10 minutos, uff, ojalá pudiera, se te ve feliz, tranquila, en paz y.... la receta qué!?

    Abrazos.

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    1. Sí, hay que hacerlo, Sandy. A veces cuesta y parece más difícil de lo que realmente es, pero se puede y se siente bien :)
      La receta del postre ;)
      ASAP = as soon as possible =D
      Gracias por pasar, amiga.
      Muchos cariños ♥

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  3. Ojalá tu vida o mejor dicho el empleo de tu tiempo esté ya más relajado.
    Que el recreo haya sido disfrutado al máximo y que el timbre suene con más frecuencia o al menos un ratito todos los dias.
    Saludos y abrazos

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    1. Mmmm... la verdad que no mucho, pero sí disfruté al máximo de mi recreo =D
      Ahora ¡a contar los días para el "recreo XL" de diciembre!
      Gracias, Madreselva y abrazos para vos ♥

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