Pasaporte italiano en mano

La odisea ha finalizado. Después de tanto ir y venir como les conté anteriormente, unos días antes de mi cita para obtener el pasaporte, fui una vez más al consulado,  para asegurarme que contaba con todos los requisitos necesarios y tener todo listo para el turno que me habían dado.

En las fotos salí como con cara de asustada, jaja, pero bueno creo que ninguna foto de pasaporte o documento es demasiado chic ¿no? De todos modos en la del argentino creo que salí un toque mejor, aunque ya a estas alturas me da igual :P.

¡Llegó el día! Y a pesar de mi impecable puntualidad (no muy usual en mí, jaja) me pasé la mañana entera esperando mi turno. Luego, sólo un ratito en la oficina, haciendo los trámites correspondientes, y ya al final de todo, cuando fui a pagar me dieron la buena noticia de que podía retirarlo en 4 días.

A los cuatro días me presenté en el consulado, nuevamente (ya perdí la cuenta de las veces que fui, jeje), y, afortunadamente, en la entrada me dijeron que pase directamente sin esperar turno ni nada ¡HURRA! Eso sí que es una excelente manera de arrancar la mañana =D

Mi firma de conformidad, y al fin ¡mi pasaporte en mano!

Me tomé un taxi lo más rápido posible porque tenía mi última cita de control con el dentista (a todo esto ya estoy mucho mejor de la extracción). Y finalmente volví feliz y contenta a casa, aunque prendida a mi cartera como si llevara oro en polvo (y básicamente así era, tenía el flamante pasaporte y la nueva placa de relajación que no resultó para nada barata), no fuera cosa que algún "carterista" quisiera hacerse el día conmigo ;).

Si bien el odontólogo me dijo que al principio me iba a resultar incómodo dormir con la placa, la noche del "estreno" ni me di cuenta que la tenía puesta, para mi suerte :P. Así que la "Ley de Murphy" no siempre está a mi alrededor... Otra vez ¡HURRA!

Muuchos saluditos a todos, que tengan lindo martes y gracias por pasar una vez más por acá ツ

La fotito prometida

¡NOS VEMOS!